POR QUÉ CONSERVAR NUESTRO PATRIMONIO CULTURAL
POR QUÉ CONSERVAR NUESTRO PATRIMONIO CULTURAL
La conservación del patrimonio cultural no solo pretende salvar testimonios históricos o estéticos – comprensibles solamente por una minoría, dadas las condiciones actuales de nuestra sociedad- sino también de permitir que la población en general, pueda realizar una fácil comparación entre lo anterior y lo actual de manera que evidencie los cambios cualitativos y cuantitativos que se dan en la sociedad.
Por otra parte, las tareas de conservación de los bienes culturales deben estar en manos de especialistas, ya que se trata de rescatar, conservar y restaurar un patrimonio único y por lo tanto irremplazable. Deben concurrir especialistas en todos los campos que posean una sólida formación profesional, tanto en los aspectos histórico-culturales, como en las técnicas, procedimientos, análisis y uso de los materiales, a fin de no desvirtuar la esencia histórica, estética y material del patrimonio cultural y que, además, trabajen de forma interdisciplinaria.
Cuando sea posible, también debe tenderse a utilizar de manera práctica y racional los bienes culturales, especialmente cuando se trata de espacios como los históricos, ya que estos no solo poseen valor cultural, sino representan y en especial en nuestro medio, un valor material y una posibilidad válida para enfrentar los gravísimos problemas en el caso de la construcción de vivienda que apremian a las ciudades.
Gran parte de las acciones que atentan y destruyen nuestro patrimonio cultural, se deben a la falta de profesionalismo, desconocimiento y a la indiferencia de las personas. Un falso concepto del desarrollo atenta permanentemente contra su existencia provocando, la destrucción de edificaciones de valor histórico y arquitectónico o modificación y abandono de ricas costumbres y tradiciones populares.
Cabe mencionar que los intereses económicos destruyen el patrimonio, el reemplazo de viejas edificaciones por nuevas de mayor volumen y altura útil es un caso muy conocido, así como también el de las excavaciones clandestinas de bienes arqueológicos llamada huaquería o el robo de objetos de iglesias, cementerios y capillas, para nutrir un fructífero negocio oculto de bienes culturales, dirigido fundamentalmente al mercado internacional.
EL PATRIMONIO CULTURAL
Patrimonio cultural es el conjunto de las creaciones realizadas por un pueblo a lo largo de su historia. Estas creaciones lo distinguen de los demás pueblos y le dan su sentido de identidad. Los ecuatorianos tenemos una larga trayectoria cultural que se remonta, aproximadamente, al año 10.000 a C., tiempo en el que se inicia una valiosísima cultura propia, la que posteriormente se verá transformada con la llegada de los europeos y que luego de la independencia, cobrará un nuevo vigor y otras expresiones, hasta llegar al momento actual.
A lo largo de su historia nuestro pueblo ha dejado diversos testimonios materiales, los cuales, investigados e interpretados científicamente, nos permiten conocer innumerables aspectos de las sociedades que los crearon.
Al encontrarnos dentro de una sociedad dinámica, la creación es permanente y muchas de las obras actuales nos identifican plenamente. Sin embargo, dado el progreso actual de las comunicaciones, las influencias culturales externas -que en no pocos casos responden a cuestiones políticas y económicas-, deben ser asimiladas después de una profunda crítica y conocimiento, para que sirvan al desarrollo de nuestro pueblo, sin perder de vista nuestra realidad y nuestros valores culturales.
CÓMO SE DIVIDE EL PATRIMONIO CULTURAL
El patrimonio cultural se puede dividir de manera general en dos grupos: los bienes materiales o tangibles y los bienes espirituales o intangibles.
Los bienes culturales materiales o Patrimonio Tangible: Entre los bienes materiales podemos mencionar los objetos arqueológicos del período aborigen, tanto utilitarios como suntuarios, los conjuntos urbanos y la arquitectura religiosa y doméstica del período colonial, como esculturas talladas en madera, piedra, mármol, pinturas, orfebrería, etc. Se incluyen libros, documentos y otros objetos que reflejan la historia, el estilo de vida y costumbres. Los documentos y objetos que tienen relación con el período de nuestra independencia y de la creación de la República.
Además, los edificios individuales que, en cada núcleo urbano o pueblo, destacan por la calidad de su construcción y ornamentación, por el uso de sistemas constructivos y materiales particulares o por ser representativos de un estilo arquitectónico singular. También forman parte del patrimonio cultural material los objetos de uso diario que caracterizan el estilo de vida de nuestro pueblo multicultural durante determinadas épocas: Vestimenta, adornos personales, utensilios, mobiliario, instrumentos musicales y vivienda.
Cabe indicar que al patrimonio cultural pertenecen también los sitios naturales que, por su especial, única representatividad y belleza sea en fauna y flora hoy son considerados como Patrimonio Natural.
El Patrimonio Intangible o inmaterial: Entre los que corresponden a este grupo mencionaremos al lenguaje hablado y escrito, la literatura y las obras de música, tanto académica como popular, el teatro y la danza, ritos y costumbres religiosas y mágicas, los mitos y las tradiciones, leyendas cuentos adivinanzas, coplas y dichos que forman la tradición oral de un pueblo. La culinaria o gastronomía típica de cada lugar es considerada también parte del patrimonio intangible o inmaterial.
IMPORTANCIA DEL PATRIMONIO CULTURAL
Gracias al conocimiento y comprensión de nuestra historia, a través de nuestros bienes culturales, nos ubicamos conscientemente en el mundo y definimos nuestra posición dentro del desarrollo evolutivo de la humanidad, es decir nos definimos como pueblo, como ente histórico cultural.
El patrimonio cultural es una fuente de conocimiento no renovable y constituye la memoria viviente de la comunidad, su conocimiento es importante para comprender cómo el hombre se relaciona con el medio ambiente social y natural y cómo resuelve los problemas de convivencia con la sociedad y supervivencia en la naturaleza.
Los seres humanos estamos llamados a mantener relaciones dinámicas y dialécticas con sus obras a fin de garantizar un vínculo entre el pasado y el futuro y hacer de la tradición el sustento de nuevas creaciones y formas de vida. Por esto, los monumentos que persisten del pasado están incorporados al contexto humano y ecológico actual, es decir, tienen un significado propio en el presente, no sólo en el pasado.
Debido a esto, las reflexiones del famoso arquitecto moderno Le Corbusier hechas hace más de cincuenta años, mantienen su sentido y actualidad. Al comentar uno de los postulados de la Carta de Atenas que dice:
“El empleo de estilos del pasado, bajo pretexto de estética en construcciones nuevas erigidas en zonas históricas, tiene consecuencias nefastas. El mantenimiento de tales usos o la introducción de tales iniciativas, no será tolerado en ninguna forma” y añade:
“Tales métodos son contrarios a la gran lección de la historia. Jamás ha sido constatada una vuelta atrás, jamás el hombre ha vuelto sobre sus pasos”
“Las obras maestras del pasado nos muestran que cada generación tuvo su manera de pensar, sus concepciones, su estética, haciendo uso como de un trampolín para su imaginación, de la totalidad de los recursos técnicos de la época que era la suya”.
“Copiar servilmente el pasado es condenarse a la mentira, es erigir la “falsificación” en principio, puesto que no podían ser reconstruidas las antiguas condiciones de trabajo, ya que la aplicación de la técnica moderna a un ideal proscrito no llega jamás a otra cosa que a un simulacro desprovisto de toda vida”.
“Al mezclar lo “falsificado” a lo “verdadero”, lejos de conseguir una impresión de conjunto y de dar la sensación de la pureza del estilo, no se llega sino a una reconstrucción ficticia que sólo es capaz de arrojar descrédito sobre los testimonios auténticos que más empeño se tenía en preservar” (CIAM, 1933).
ESTRATEGIAS
De acuerdo con lo expuesto, la apreciación y valorización de nuestro patrimonio cultural, debe ser puesta en marcha desde los niveles primarios de educación y en las instituciones custodias deben desarrollarse campañas permanentes, para crear conciencia en toda la población.
“La defensa del patrimonio cultural del país, no solo es tarea de las instituciones especializadas del Estado, esta es una tarea que compromete a cada uno de los ecuatorianos y a los organismos nacionales y sectoriales, quienes deben definir políticas de participación popular, abandonando las políticas paternalistas, que no crean ninguna conciencia, difundiendo, además la idea de compartir entre todos los ecuatorianos nuestro riquísimo patrimonio cultural.
Debemos tener presente además, que mucho de lo que ahora se crea y produce, enriquecerá nuestro patrimonio cultural del futuro, por lo tanto, debemos prestar atención especial a la calidad de sentido de lo contemporáneo y que no se tenga que decir, como lo recuerda el historiador de la arquitectura, el chileno Gabriel Guarda : “…que vivimos pensando en las cosas del pasado y en las narices se pierden las cosas del presente”. (Ortiz, 2005).
Con la premisa que cada obra de restauración debe ser responsabilidad
de un restaurador profesional como ya se manifestó, los tratamientos que se
realizan en los bienes culturales se realizarán con el respeto irrestricto a su originalidad y en el caso de bienes y su entorno, la consideración primordial a los conjuntos urbanos y espacios históricos.
Lic. Monika López A. Mgst. CMS
PATRIMONIO & CULTURA
CUENCA ECUADOR.

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