NUESTRO PATRIMONIO INMATERIAL: COMPADRES DE UN CARNAVAL DIFERENTE

 

                                                              COMPADRES DE UN CARNAVAL DIFERENTE



Por Monika López Avilés

En abril del año pasado dedicamos una nota al tema de la resiliencia y su relación con el arte y la cultura en los tiempos de pandemia, como la mejor estrategia para sobrellevar este tiempo tan especial que nos ha tocado vivir. Resiliencia, que no es precisamente resistencia, es la capacidad que tienen los seres humanos de volver a recuperarse de una gran dificultad, es decir, volver a creer y desarrollar un nuevo estado positivo después del dolor o pérdida, sin dejarse marcar para siempre. No así la resistencia, que es soportar o enfrentar el golpe sin respuesta.

El Patrimonio vivo, manifestado en las distintas tradiciones que tiene nuestro país, tiene esa condición de adaptación a las situaciones que atraviesan las sociedades y las personas. En el presente y en el  tiempo de la Pandemia del Covid 19, el patrimonio vivo o inmaterial, puede ser una estrategia idónea para expresar la solidaridad y ser fuente de inspiración para vivir mejores momentos, sea en familia o en el contexto del barrio, estrechar lazos de amistad confraternidad, relación ésta última, que ya no se mantiene tan sólida y permanente como en los tiempos pasados de nuestra ciudad, en la que la reunión barrial era fundamental. Por supuesto ahora, con las debidas precauciones.

 

LOS JUEVES DE COMPADRES Y COMADRES

 

El cuatro de febrero del 2021, penúltimo antes de carnaval, sería lo que en algunos lugares se llama el jueves de `compadres`, pequeña reunión festiva que hacían los hombres en algunos países fuera de sus hogares y que nació posteriormente a que las mujeres desde tiempos inmemoriales, se organizaran para realizar una fiesta y unir lazos de amistad en el siguiente jueves (11 de febrero de este año), y que corresponde al último antes de carnaval. En el caso de las mujeres más que nada, con la intención de tomar el mando en la gestión y organización de las fiestas que se avecinan. Al menos en este momento del año, porque en el resto de fechas eran los hombres los que dictaban las pautas y disposiciones de cualquier festividad o eventos de la cultura tradicional. Y esto, de acuerdo con lo investigado, tiene relación con la historia más antigua, era el momento del año en el que se permitía el mundo ´al revés´ y el poder era ´tomado´ por las mujeres.

Hay quienes manifiestan que este acuerdo es también una suerte de compromiso formal con otras mujeres allegadas, para nombrarse `comadres` y de esta manera resguardar la relación de pareja y por ende la integridad de su familia, dado que en carnaval es característico el permitirse algunas `libertades´ y el desenfreno podría hacer presa de cualquier miembro, ocasionando problemas de difícil resolución.

Los orígenes de este pregón carnavalero pueden rastrearse hasta Egipto y Roma, pero a América llegó por España y se festeja de distinta manera en Latinoamérica. En países como Argentina, Bolivia y Perú se enfoca en la preparación de comidas, reunión, música y baile como un verdadero anuncio de que el carnaval se acerca. En Ecuador y en especial en la provincia del Azuay, en los cantones de Gualaceo, Paute y Sígsig, de acuerdo con lo que se nos ha informado, tiene o al menos tenía, una estética diferente.

Había que preparar una bandeja cubierta al fondo con chagrillo (pétalos) de flores,  en la que reposaba una “guagua” de azúcar, hermosamente ataviada con encajes dulces y coloridos, una botella de agua florida,  un paquete de serpentinas (espirales de papel), una caja de maicena, una bolsita de globos, en ocasiones un frasco con polvo de oro ( generalmente purpurina) y un sobre de confeti o papel picado. Con este hermoso regalo se visitaba a la persona elegida para ser comadre y ésta a su vez invitaba a saborear una deliciosa mistela (aguardiente con sabor y color de fruta) mientras conversaban de los dulces y comidas que prepararían en carnaval, asumiendo el compromiso muy serio de ser comadres de la guagua, de respetarse mutuamente como tales y, compartir de parte y parte las delicias carnavaleras en la que el chancho preparado de distintas maneras, se convierte en el plato principal.

 

LOS COMPADRES DE CARNAVAL EN CUENCA

 

Desde hace algunos años el jueves de comadres y compadres se festeja en el Parque central o Plaza San Francisco, el jueves anterior al carnaval, con la elección de un compadre o comadre que generalmente es una figura pública o artista reconocido, que se transforma en el anfitrión de la fiesta y tiene el compromiso de invitar por todos los medios de comunicación  a visitar Cuenca, con el propósito de promover e incentivar el turismo. En medio de un show artístico, maicena, uno que otro líquido espirituoso, pero más que nada con mangueras de agua que se esparcen en todas las direcciones, mojando a todo el público. Sin contar con el frío de la noche la juventud disfruta de este acontecimiento y claro, muchos otros ciudadanos aprovechan para hacer de las suyas apoderándose de lo ajeno, aspecto que en el último año dejó una pérdida de algo así como 700 celulares, muchos maltratos y alguno que otro perjuicio.

 

LOS COMPADRES DE CARNAVAL EN LA PANDEMIA

 

Hoy vivimos tiempos diferentes, quizá nadie volverá a ser la misma persona luego del 2020, nos toca apelar a nuestra creatividad para ser los mejores sobrevivientes, gran parte de la población nos hemos quedado sin trabajo, sin ingresos, sin derecho a la seguridad social, por lo tanto no podemos ni siquiera enfermarnos de otra cosa, no tenemos facilidad para movilizarnos, mucho peor acudir a eventos festivos, en fin, todo se complicó. Pero se viene el carnaval y antes de pensar en que no podemos salir de viaje, de festejar en grande, de gastar un dinero que no existe o endeudarnos, nos corresponde mirar a nuestro alrededor, que luego de nuestra familia con la que compartimos todo, están los vecinos, qué grato sería recibir de una vecina el honor de ser comadre, de estrechar los lazos de solidaridad en estos tiempos.  

Comprometernos a ser nuevamente como era Cuenca y sus barrios, no por una añoranza romántica del pasado, sino por  dar valor a lo que realmente vale en la vida, la familia, los vecinos, el aprecio, la solidaridad y la amistad. Busquemos comadres y compadres y alegrémonos, de que aún podemos estar y sonreír.

 

¡QUÉ VIVA EL CARNAVAL!

 

 

 

 

 


Comentarios

Entradas populares de este blog

EL MONUMENTO A CRISTO REY

EL PARQUE CALDERÓN: Texto y punto de partida de un itinerario patrimonial.

Por sus frutos…