Descolonizando al Museo
El
origen de los museos
“Según la
antigüedad clásica, el término procede del latín musēum, y este, a su vez, del
término griego mouσεοv. Etimológicamente significa “casa de las musas” y
acabará asociándose en el periodo helenístico a los Santuarios “consagrados a
la sabiduría” (lugares donde se recibe la inspiración). Es en estos lugares
donde se solían atesorar objetos valiosos de carácter votivo siendo exhibidos
en determinadas festividades. Uno de los primeros mouσεοv del cual tenemos constancia, se fundó hacial año 290 a. C. en Alejandría bajo el gobierno de Ptolomoeo I Soter.
Desde la segunda mitad del siglo XVIII algunas colecciones pasan a ser Patrimonio Nacional, constituyendo el inicio de la apertura de los grandes museos. Los más prematuros fueron el British museum de Londres (1753), la Galeria de Kassel, abierta al público por Guillermo IV en 1760, y el 1Louvre, en 1798. Sin duda, en el siglo XVIII tiene lugar un cambio semántico en torno a la palabra museo.
Las primeras definiciones oficiales emanan del Comité Internacional de Museos creado en 1946, nos dice que son instituciones de carácter permanente que adquieren, conservan, investigan, comunican y exhiben para fines de estudio, educación y contemplación conjuntos y colecciones de valor histórico, artístico, científico y técnico o de cualquier otra naturaleza cultural”. (Texto del Museo Guadalupe).
De acuerdo con lo dicho, las funciones primordiales del Museo
son: Adquirir, conservar, investigar, difundir y educar. Por tanto, cuatro son las áreas
que lo conforman; tanto en espacios físicos adecuados, como con el recurso
humano especializado.
La vocación de un museo
A través de la
historia los museos fueron definiéndose como espacios de vocación
educativa pero también con una especificidad que los identificara, así se
fueron delimitando en sus contenidos, por tanto existen museos de historia, de
arte religioso, de biología, de personajes históricos o célebres, del mar, de
la ciencia, etc. Otros contienen varias y diferentes colecciones dispuestas en áreas separadas para el conocimiento general de sus
visitantes. Hoy con el fin de atraer públicos y más que nada con las
corrientes novedosas del momento, experimentan en las exposiciones con una mezcla de distintas colecciones, lo cual a nuestro parecer y con el debido
respeto de quienes lo practican, vemos que resta solemnidad al espacio, pues no estamos en el ámbito del escaparatismo ni la decoración o diseño de interiores. Como decía Otto Mayr "Los museos son espacios solemnes". Una colección que pertenece a la historia que se desea contar, debería reforzar por medio de la exposición su propia identidad.
Pero lo que es
notable de esta importante herramienta educativa que creó la humanidad, es que los museos son
verdaderos tesoros de conocimiento al alcance de todos. Quien se acerca a un
museo con el interés y responde con asombro a estos bienes artísticos culturales, seguramente recibirá una huella en su vida. No será la
misma persona, la que salga de un museo luego de haberlo visitado.
En los siglos XIX y XX el museo
recorrió un largo camino, pero se enfocó principalmente en dos de sus
actividades: coleccionar y exponer. Poco a poco y como en todas las ciencias y
técnicas, fue evolucionando de manera tal que hoy se implementan espacios de
investigación científica, conservación y difusión, teniendo como conclusión que
el museo dentro del ámbito de la educación no formal, resulta ser el
instrumento más idóneo, que cargado de mensajes está en la capacidad de grabar
en la memoria de una sociedad, la historia y la propia cultura. Por
supuesto esto es posible siempre y cuando esté concebido y gestionado de forma efectiva
y, con las posibilidades tecnológicas actuales; teniendo como base, una línea
en su accionar que defina y refuerce su vocación. Es decir que, partiendo de un
guion como hilo conductor, completamente alejado de la improvisación colme o en
el mejor de los casos supere la expectativa de sus visitantes.
Los
museos en el Ecuador
En el Ecuador como en el resto de
Latinoamérica, muchos museos locales y nacionales, se han mantenido únicamente
como custodios de los bienes. Pocos son los que han incursionado en nuevos
sistemas para llegar a la ciudadanía, como aspectos estéticos y
técnicos. Si bien en los últimos años se tienen experiencias positivas
que van de la mano de la tecnología, la gran mayoría de museos se quejan de la
reducción del número de sus visitantes y la poca inversión que hacen los gobiernos
en ellos. Al ser elementos de la Cultura, un buen número gestionados o
mediados por la política, hoy pueden ser también utilizados con fines
ideologizantes, alineados al criterio de un grupo reducido o de los criterios de
valoración y la subjetividad en la que se desenvuelven sus directivos. Por
supuesto que también existen casos en los que son considerados como espacios para el
lucimiento personal o colectivo de sus regentes; dejando de un lado lamentablemente, los postulados
primordiales de los museos.
Museología
y Museografía
La Museología como ciencia aplicada estudia en la historia su rol dentro de un universo que es la colección como remitente de la Cultura de un pueblo o país. Atiende y se enfoca en todo lo referente a la organización, investigación, conservación, la definición de espacios, es la filosofía y principalmente la línea o hilo conductor que subyace en la exposición; considerando temas fundamentales que hay que atender, antes que lo puramente estético o llamativo. La museografía, es en cambio ese conjunto de técnicas, métodos y prácticas para el montaje de las exposiciones. La parte operativa de exhibir, colocar y mostrar las colecciones, que en muchas de las ocasiones se vuelve también, la principal actividad y preocupación de directivos como un momento en que el tiempo y el espacio les permite ser reconocidos socialmente. Hay también casos en los que se esfuerzan por conquistar u mantener a sus benefactores y poder conservar claro está, el estatus de consideración de los grupos de poder.
La
descolonización de los Museos.
Como todos conocemos, aspectos como
la colonia y las conquistas en el mundo llevaron a los países de los
conquistadores, objetos pertenecientes a la historia de los pueblos sometidos.
Y en estos dejaron marcada de muchas formas, la huella de la colonización que
en el caso de Latinoamérica, se guarda en innumerable cantidad de museos, sobre
todo los de arte religioso.
No obstante en los Museos de hoy
existe preocupación por estos temas, y
es en esos propios sitios que a nivel del mundo se abren espacios para
reflexionar sobre temas como la descolonización, como el caso del MACBA (Museo
de Arte Contemporáneo de Barcelona-España), que hace un par de años, reunió a
críticos, artistas, curadores y activistas para considerar algunos aspectos
entre estos:
“Si el museo fue inventado como una
tecnología colonial capaz de unificar la narración histórica, como una prótesis
colectiva de memoria que buscaba escribir el pasado y prefigurar el futuro para
legitimar le hegemonía, ¿es posible pensar en un uso descolonial del
museo?”.
En nuestra ciudad existen museos de
distinto tipo, cuya vocación individual no logra mantenerse dentro del
imaginario ciudadano, justamente por falta de un esfuerzo común e
interdisciplinario, cuyo impacto sería posible dadas las características de
ciudad intermedia en medio de la dinámica de la globalización. Pero también
resulta difícil cuando tenemos museos que se han auto categorizado en relación
a los otros, como “superiores”, casos que retratan fidedignos tanto la colonia
como a las élites de los siglos pasados y que invisibilizan el trabajo y la cultura del
resto de hombres y mujeres que habitaron estas regiones. Manteniéndose en un discurso eurocentrista en el que aún se elogia
y se muestra a Europa como referente de civilización; tanto a niños, jóvenes como a los adultos. Sin dejar de hacer
énfasis en la existencia de las clases sociales y castas existentes en esos tiempos.
A quienes nos preocupan estos temas,
nos surgen inquietudes que respetuosamente creemos merecen ser compartidas y
reflexionadas por un conglomerado mayor. Como: ¿Por qué no integrar a la ciudadanía cuencana
en las propuestas museográficas de los museos públicos? ¿Cuál es la vocación que tiene un museo y
otro? ¿Qué es lo que los cuencanos y azuayos esperamos de un museo? ¿Por qué no integrar a la gente particular, a grupos como la tercera edad, los jubilados a la reflexión sobre
las estrategias que pueden ser aplicadas y cuáles son las más efectivas en una
sociedad como la cuencana? He allí un momento ideal para la atención de
todos y un buen ejercicio para la participación ciudadana y la inclusión.
Una vez más, retomando las reflexiones que se
realizaron en el MACBA compartimos a ustedes los fundamentos del encuentro pues
son aspectos que tienen que ver mucho con nuestro presente: “Si, como señalaba Foucault, ha comenzado el «retorno
de los saberes sometidos», nos preguntamos aquí” (en Cuenca) “cuáles son las
epistemologías que estos saberes «locales, discontinuos, descalificados y no
legitimados» articulan, qué prácticas artísticas hacen proliferar y,
finalmente, cuáles son las instituciones alternativas que movilizan. En un
contexto académico y museístico en el que faltan las referencias críticas a las
teorías y prácticas descoloniales?
¿Cómo producir un
saber capaz de dar cuenta de los agenciamientos históricos de los sujetos
subalternizados por la colonización? ¿Qué ocurre con la tradición de la
modernidad ilustrada cuando se confronta con la crítica…? ¿Cómo entender el
actual proceso de «globalización» del arte y su impacto sobre las relaciones
entre legitimación histórica, capitalismo y crítica de occidente? ¿Qué
diferencias habría entre el museo desoccidentalizado y el museo descolonial?”
Y aquí recordamos
inevitablemente lo que la Constitución del Ecuador (2008) declara en el Art.
21, Cap. II Sección IV. “Las personas tienen derecho a construir y mantener su
propia identidad cultural, a decidir sobre su pertenencia una o varias
comunidades culturales y a expresar dichas elecciones; a la libertad estética;
a conocer la memoria histórica de sus culturas y acceder a su patrimonio
cultural; a difundir sus propias expresiones culturales y tener acceso a
expresiones culturales diversas.
No se podrá invocar
la cultura cuando se atente contra los derechos reconocidos en la Constitución”.
Sin embargo abordar
el tema de la Cultura, la multi pluri e interculturalidad, nos tomaría un buen
espacio adicional, por esta razón lo dejamos para una próxima oportunidad.
Por ahora útil
sería encontrar otros contrarrelatos, adicionales al nuestro -permanente monólogo-,
con el fin de desarrollar un debate, una suerte de foro que se apoye por supuesto en acciones de las autoridades y
que todos miremos como positivos los diálogos, sin temor de que los discursos sacralizados en el tiempo, se sientan menoscabados por las nuevas reflexiones.
Lic. Mónika López
Avilés, Mgst. CMS
Conservación de Arte, Monumentos y Sitios
& Estudios
de la Cultura.

Comentarios
Publicar un comentario